viernes, 15 de enero de 2010

Louksna


El saber acerca de las estrellas se justifica lo mismo que el de la Historia, porque a partir de la situación y movimiento de las estrellas en el presente podemos conocer con certeza cúal ha sido su curso en el pasado. (...) Puesto que, así como uno que observa las fases de la Luna en su curso, cuando ha determinado su tamaño hoy, puede decir también su fase en cualquier fecha de los años anteriores o venideros, de la misma manera pueden dar respuestas ciertas respecto a cada una de las estrellas los que las observan con conocimiento.
San Agustín. De doctrina christiana



La Luna es el único satélite natural de la Tierra y de todos los cuerpos celestes es el que mejor conocemos dada nuestra mutua cercanía. El nombre oficial del satélite es "Luna", aunque la misma palabra se utiliza para referirse a los satélites del resto de planetas. Etimológicamente, Luna viene del latín arcaico louksna, "la que luce".

El Hombre se ha sentido desde siempre fascinado por la Luna. Sorprendía su tamaño y sus ciclos, que llevaron a basar un calendario en ellos. Para las culturas antiguas la Luna era una divinidad, unas veces masculina, otras femenina: en Egipto, Isis era la diosa relacionada con la Luna, en Fenicia Astarté, e Ishtar en Babilonia. En Grecia en principio fue Selene, pero luego se identificó con Artemisa. En Italia, se adoró primero a Luna, que pasó luego a convertirse en una de las personificaciones de Diana.

Helios y Selene eran dos hermanos, cuya misión era iluminar los cielos de día y de noche.....cierta noche, Selene surcaba los cielos sobre su carro plateado tirado por caballos blancos cuando vió a un joven pastor, Endimión, dormido en la cumbre del monte Latmo. Al instante, quedó prendada de él, y bajó del cielo para recostarse a su lado....pero el padre Zeus se enfureció y castigó a Endimión a dormir eternamente....sin embargo, las súplicas de Selene le llevaron a permitir que ella abandonase los cielos varias noches al mes para hacer compañía a Endimión, mientras el resto del tiempo debe conformarse con contemplarle desde lo alto del firmamento...

La Luna y la Tierra forman lo que se conoce como un sistema de planeta doble, ya que el tamaño del satélite es muy grande en relación al planeta. Su diámetro es de 3.476 km, un cuarto del terrestre y su masa un 1´2 % de la masa de la Tierra. La distancia media entre la Tierra y la Luna es de 384.400 km, la máxima 406.700 km. y la mínima 356.400 km. La Luna apenas posee atmósfera; su temperatura diurna es de 107 grados centígrados y la media nocturna es de - 153; el máximo en superficie es de 123 grados y la mínima de -233 grados. Estas diferencias tan extremas se deben no solamente a la débil atmósfera sino a la mala conductividad calórica de la superficie.

La gravedad es de 0.16 G, un 10 % de la terrestre, y la intensidad del campo magnético es de 0.003 gauss. Aunque la corteza de la Luna es gruesa, a 800 km. de profundidad se producen terremotos. El manto es rico en rocas pero pobre en metales y aunque el núcleo lunar, compuesto de hierro y níquel, es caliente ( 1.500 grados) no sabemos si es sólido; recientemente se han detectado grandes cantidades de agua congelada en los polos. La luz que ilumina la Luna es la luz del Sol reflejada en su superficie. La intensidad de la luz solar reflejada por la Luna sobre la Tierra durante su fase llena es 465. 000 veces menor que la del Sol, siendo su poder reflectante de un 7 %.


Mare Nectaris, el Mar de Néctar

El astro de la noche, por su proximidad relativa y el espectáculo rápidamente renovado de sus diversas fases, compartió con el Sol, desde los primeros días de la humanidad, la atención de los habitantes de la Tierra. Pero el Sol ofende los ojos al mirarlo, y los torrentes de luz que despide obligan a cerrarlos a los que los contemplan. La plácida Febe, más humana, se deja ver complaciente con su modesta gracia; agrada a la vista, es poco ambiciosa y, sin embargo, se permite alguna vez eclipsar a su hermano, el radiante Apolo, sin ser nunca eclipsada por él.
Jules Verne. De la Tierra a la Luna


Existen distintas teorías para explicar el origen de la Luna. La primera considera la posibilidad de que la Luna fuera un astro independiente que al pasar cerca de la Tierra quedó capturado en su órbita. Esta teoría supone que en origen el satélite tenía una órbita elíptica que habría sido modificada por los efectos gravitacionales de los planetas gigantes, que alteraron todo el sistema planetario expulsando de sus órbitas a diversos cuerpos, entre ellos, nuestro satélite. La Luna viajó por el espacio hasta aproximarse a la Tierra y fue capturada por la gravitación terrestre. Pero esta teoría no explica la desaceleración lunar, necesaria para que no escapara del campo gravitatorio terrestre.
La segunda hipótesis supone que originariamente la Tierra y la Luna eran un sólo cuerpo y que parte de la masa fue expulsada, debido a la inestabilidad causada por la fuerte aceleración rotatoria que en aquel momento experimentaba nuestro planeta. La parte desprendida siguió en rotación y con el tiempo se sincronizó con su periodo de traslación. Pero para que una parte tan grande de nuestro planeta pudiera separarse, la Tierra debería haber rotado a una velocidad tal que diese una vuelta en sólo 3 horas, lo cual hubiera impedido su propia formación.
La tercera hipótesis plantea que Tierra y Luna nacieron de la misma masa de materia que giraba alrededor del Sol. Ahora bien, cómo es posible entonces que ambas posean una composición química y una densidad tan diferentes?


Cráter Prinz

La llamada hipótesis del impacto es la vigente en la actualidad. Según ella, nuestro satélite se formó tras la colisión contra la Tierra de un cuerpo del tamaño de Marte. El impacto hizo que bloques gigantescos de materia saltaran al espacio para posteriormente , y mediante un proceso de acreción similar al que formó los planetas rocosos próximos al Sol, generar la Luna. En contra de esta teoría se arguye que la posibilidad de chocar contra astros errantes era muy elevada al inicio del Sistema Solar, y muy difícil que la colisión no destruyera el planeta; además los fragmentos tenían que ser lo bastante grandes como para poder formar el satélite. Otra duda es de dónde provenía el planeta errante. Actualmente, dos naves gemelas, las STEREO, viajan hacia los puntos Lagrange situados a 60 grados por delante y detrás de la Tierra para estudiar el Sol; se cree que el planeta errante (llamado Teia) provenía de esta zona, posibilidad que en caso de que las STEREO descubriesen asteroides de composición parecida a la de la Tierra y la Luna quedaría demostrada. Por último existe una quinta teoría según la cual la formación de la Luna se debe a los materiales que los monstruosos volcanes de la época de formación de la Tierra lanzaban a grandes alturas. Este material orbitaba la Tierra pero al enfriarse los granos de polvo se precipitaron y condensaron dando origen a nuestro satélite.

En el majestuoso conjunto de la creación nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y de vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la Luna.
Gustavo Adolfo Bécquer.

La Luna tarda 27 días 7 h. 43 min. en dar una vuelta alrededor de la Tierra, lo que se llama una revolución sideral, pero 29 días 12 h. 44 min. 2,78 seg. si se considera la rotación respecto al Sol. En este caso hablamos de mes lunar, lunación o revolución sinódica y es el tiempo necesario para que la Luna tenga la misma posición respecto al Sol y la Tierra. Su duración es mayor porque la Tierra también ha girado alrededor del Sol.
Puesto que la Luna tarda el mismo tiempo en girar sobre sí misma que alrededor de la Tierra, y dado que la gravedad de la Tierra ha atrapado al satélite, siempre presenta la misma cara, aunque gracias a las libraciones lunares, podemos ver algo más del 59 % de su superficie. La cara oculta de la Luna fue un misterio hasta que la sonda soviética Lunik-3, lanzada el 4 octubre de 1959, tomó las primeras fotografías.

Good luck, Mr. Gorsky
Neil Armstrong


La superficie de la Luna está cubierta de polvo gris y de rocas, compuestas en su mayor parte por aluminio, calcio, magnesio, silicio titanio y hierro. Desde la Tierra, la Luna parece una esfera iluminada poblada de manchas. Aunque tradicionalmente se considera a Galileo como el primero en observar la Luna con un telescopio, en realidad éste fue Thomas Harriot hacia Noviembre de 1609. Harriot realizó además los primeros dibujos de la Luna en Agosto del mismo año y unos meses después Galileo comenzó sus observaciones diferenciando dos tipos de terreno diferentes en la superficie lunar: a las regiones más oscuras las llamó maria, puesto que se creía que se trataba de masas de agua y las formaciones rocosas fueron llamadas terrae. Cuando posteriormente se descubrió la total ausencia de agua en estado líquido en los maria, la denominación de mares, océanos, lagos, etc., (obra de Riccioli y Grimaldi), se mantuvo.


Los maria se dividen por tamaño en océanos, mares, golfos o bahías, lagos y pantanos. Los mares suponen el 15% de la superficie lunar y abundan sobre todo en la cara visible del satélite. Los maria son en realidad grandes extensiones de lava solidificada que salió a la superficie como consecuencia del impacto de meteoritos. Las bahías también se formaron por impacto pero posteriormente se rellenaron parcialmente dando lugar a golfos; los lagos y pantanos se formaron como los maria, pero su superficie es menor.
La formación más habitual en las terrae son los cráteres, que pueden ser clasificados por tamaños en 4 grupos: hasta 1 km de diámetro, entre 1 km y 20, entre 20 y 100 km de diámetro y superiores a los 100 km de diámetro. Todos ellos tienen forma circular y en algunos casos puede encontrarse en su centro enormes macizos montañosos. Además de los cráteres en la Luna podemos encontrar Cadenas montañosas o cordilleras, (los montes Leibnitz, de 8500 metros, fallas tectónicas (Rupes Recta, una falla de 110 kilómetros y sólo 40 grados de desnivel), grietas y hendiduras, valles (Vallis Alpes), dorsas marinas, cadenas de cráteres, promontorios y domos.

Otros puntos geográficos de la Luna serían los Montes Apeninos, el Monte Cáucaso, el Jura, el Oceanus Procellarum o de las Tempestades, el Mare Nubium o de las Nubes, el Mare Nectaris, el Sinus Iridum o Bahía del Arco iris y los cráteres Aristóteles, Kepler, Ptolomeo, Tycho o Aristarco, todos ellos en el hemisferio visible, y en el lado oculto el cráter Oppenheimer, el Apollo, el Gagarin, el Mares Moscoviense y el Mare Orientale, entre otros.

En China se cuenta que hubo una época en que la Luna daba aún más calor que el sol, y abrasaba a la Tierra y a los hombres....para acabar con el sufrimiento, Qua, un hombre de fuerza sobrehumana, subió a la cima de una montaña y arrojó un puñado de arena a la cara de la Luna. Con el calor, la arena se fundió y adhirió a su rostro, y la Luna retrocedió asustada a un lugar de los cielos donde su calor ya no puede afectarnos, pero las cicatrices no se han borrado y por eso vemos marcas y surcos cuando la contemplamos.

La revolución sinódica o mes lunar rige las fases, los eclipses y las mareas.
Las distintas fases de la Luna son consecuencia de su órbita alrededor de la Tierra y la correspondiente posición Luna-Tierra-Sol. El ciclo lunar empieza con la Luna Nueva cuando se halla entre la Tierra y el Sol; el área iluminada está fuera de nuestra vista y no se puede ver la Luna desde la Tierra. Conforme la Luna orbita alrededor de la Tierra aumenta la superficie iluminada en las fases crecientes pasando por Cuarto Creciente y Luna Gibosa hasta Luna Llena; después vuelve a Menguante y repite el ciclo hacia atrás. Se dice que la Luna es una gran mentirosa porque cuando se muestra en Cuarto Creciente, su esfera forma una D, y cuando está Decreciente, forma una C.



Romeo: Juro por esa luna santa que platea las copas de estos árboles...
Julieta: Ah, no jures por la Luna, esa inconstante que cada mes cambia en su esfera, no sea que tu amor resulte tan variable.
William Shakespeare. Romeo y Julieta.



A pesar de la distancia que la separa de la Tierra y de la débil gravedad, la Luna ejerce una considerable atracción que causa las mareas junto con el Sol, y cuya explicación se debe a Lagrange y Laplace. Con Luna llena o nueva, (Tierra, Sol y Luna alineados), las gravedades se refuerzan y producen mareas vivas....las mareas muertas se producen cuando la Luna, el Sol y la Tierra forman un triángulo, con la Luna en cuarto creciente o cuarto menguante.
En cuanto a los eclipses, así como la Luna puede pasar entre la Tierra y el Sol y producir eclipses solares, la Tierra puede estar entre la Luna y el Sol y crear eclipses lunares: la Luna pasa por la sombra que la Tierra proyecta.

Los upotos del Congo cuentan que un día, Dios, al que llaman Libanza, envió a buscar a los habitantes de la Luna y los habitantes de la Tierra. Los primeros se apresuraron a acudir a su llamada y fueron premiados: "Porque -dijo Dios a la Luna- acudiste a mí en seguida, tan pronto te llamé, no morirás nunca. Permanecerás muerta solamente dos días todos los meses, para que te sirva de descanso; y retornarás a la vida con esplendor aún mayor". Pero cuando las gentes de la Tierra llegaron por fín ante Libanza, el dios se había enfadado y les dijo: "Pues no habéis acudido a mi llamada tan pronto la recibisteis, habéis de morir un día y ya no volveréis a la vida, excepto para venir a mí".

La idea de llegar algún día a la Luna ha perseguido al Hombre desde se atrevió a pensar en ella como un objetivo alcanzable. Probablemente, la novela de Verne "De la tierra a la Luna" y su continuación, "Alrededor de la Luna" son algunos de los ejemplos más conocidos; posteriormente George Meliès, basándose en "De la Tierra a la Luna" y en la novela de H.G. Wells "Los primeros hombres en la Luna" dirigió Le voyage dans la Lune, cuyo fotograma de la cara de la Luna recibiendo el impacto de un cohete en el ojo es uno de los más conocidos de la historia del cine.



La primera nave tripulada en entrar en la órbita lunar fue la Apolo VIII el 24 de diciembre de 1968, con Frank Borman, James Lovell y William Anders a bordo. Anteriormente se habían enviado otras misiones no tripuladas que recogieron datos sobre la Luna y lograron fotografiar su cara oscura.
Pero el 20 de julio de 1969, tal y como Verne propuso en su novela, se lanzó un cohete, el Saturno V, llevando en su interior una nave, la Apolo XI y tres tripulantes, Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins. La Apolo XI estaba compuesta de tres módulos, el Columbia, de mando y de servicio, y el Eagle. Mientras el Columbia orbitaba la Luna con Collins a los mandos, el Eagle se separó de él y descendió al satélite con Armstrong y Aldrin a bordo. El alunizaje se produjo en el Mar de la Tranquilidad, a 0 grados 42' 50" N y 23 grados 42' 28" E. El 21 julio a las 2.56, Neil Armstrong se convirtió en el primer ser humano en pisar la superficie de la Luna pronunciando la frase que se ha hecho famosa "Un pequeño paso para el Hombre, un gran salto para la Humanidad".
Posteriormente, se realizaron 5 viajes más tripulados al satélite, Apolo XII en 1969, Apolo XIV en 1971, Apolo XV en 1971 y Apolo XVI y XVII en 1972. Desde entonces, no se han vuelto a realizar misiones tripuladas al satélite; si los planes de trabajo de la NASA y la Agencia Espacial Europea se ratifican, el Hombre regresará a la Luna a partir del año 2020 y en los años siguientes se construirá una base lunar que debería servir además para futuras misiones a Marte.

Kalypso


Sinus Iridum, la Bahía del Arco Iris




Puesta en la mejor práctica estás, luna.
Ay, sí. No hay que agregarle ya por pena
a tu suma de luz cifra ninguna,
mixta en todo de blanca y de morena.
Más cuando la siguiente se reúna
a seis albas más dos te restan plena,
primero en cueros desde medio arriba
y negra; luego, ya definitiva.
Miguel Hernández. Octava XXXI Plenilunio. Perito en Lunas